Yonopongo sigue dando qué hablar en relación al origen de su nombre
Respuesta al particular nombre de la localidad sureña.
La semana pasada la localidad de Yonopongo, de la comuna de León Rouges, al sur del departamento Monteros, fue noticia nacional, tras una entrevista realizada a una vecina del lugar y publicada en el portal de noticias de Infobae. Al respecto, la duda sobre el particular nombre generó más interrogantes.
El profesor Sergio A. García investigó y publicó en 2008 "Toponimia de Chicligasta, Famaillá, Monteros y Simoca – Notas históricas y geográficas para su estudio” a través de Mesa Editorial. En el mismo amplía con nuevas designaciones y corrige en algunos casos, en base a una larga investigación en el Archivo Histórico de Tucumán, lo expuesto en el ensayo "Aportes para el estudio toponímico de los Departamentos de Monteros y Famailla" (Mención de Honor en el concurso 30 Aniversario de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán-1997).
En el libro, García expone unos setenta topónimos de una extensa área del centro de la provincia que contuvo a la antigua ciudad de Tucumán como centro focal de expansión y control colonial español. De hecho, es de esta etapa el registro de casi todo el nomenclador estudiado. Se privilegió señalar las características históricas y geográficas de cada uno de los topónimos para contextualizar el momento de su aparición y evolución. Además cuenta con anexo documental y cartográfico.
Al respecto del nombre de "Yonopongo", el docente difundió a través de su red social de Facebook una parte de su investigación, que refiere a la localidad del departamento Monteros. García indica "Han circulado en estos días en algunos medios digitales del sur tucumano y otros nacionales artículos periodísticos que hacen alusión entre otros temas al nombre de 'Yonopongo'. Es un topónimo que actualmente designa a un paraje localizado en el sudeste de la ciudad de Monteros, en el departamento del mismo nombre, que ha despertado la curiosidad de algunos, la chanza de muchos y hasta catalogado como una de las "rarezas argentinas".
"En realidad su denominación es muy antigua y se remonta a principios del siglo XVII cuando se lo nombra en un título de confirmación de merced de tierras otorgada por el Gobernador Dn. Francisco de Barraza y de Cárdenas en Santiago del Estero a doña Isabel de Leguisamo (1605). Tenía una legua de contorno y se conocía como “pueblo y asiento que llaman Yonopongo que esta despoblado”.
"En 1615 el hijo de Doña Isabel que fue Juan Gutiérrez de Leguisamo vende las tierras de Yonopongo a su cuñado Antonio de Aragón dándosele posesión de las mismas al año siguiente. Años después ésta estancia es agrandada en varios kilómetros hacia el norte, este y oeste".
"Cuando el acaudalado vecino Antonio de Aragón falleció sucedió su mujer Doña Ana de Leguisamo que junto con sus hijos comenzaron a vender por fracciones la extensa propiedad desde la década de 1660; las tierras del extremo oriental que tocaron a Lázaro de Aragón las heredaron sus sucesores: Molina, Soria, Bernio, Abregú, etc.; Francisco de Aragón vendió luego una legua cuadrada desde el Tejar hasta el río de la Ciudad (Tucumán ,hoy Pueblo Viejo) a Doña Gerónima de Peñalosa que las pobló y vendió posteriormente al Sargento Mayor Diego de Herrera y Guzmán que a su vez las transfirió a Dn. Juan de Aragón de quién sus herederos lo hicieron al Capitán Francisco de Leorraga (¾ de legua) en 1669 y son las tierras que en parte hoy ocupa la ciudad de Monteros.
En la segunda mitad del siglo XVIII ya no se conocía con exactitud el 'sitio y asiento' de Yonopongo o el 'Paraje del Pongo' como se lo designa en algunos títulos, de lo que podemos deducir que sus antiguos y primeros lindes habían sido modificados o disueltos en el siglo XVII por las compras que hiciera Antonio de Aragón, su poseedor desde 1616".
"Con respecto al topónimo 'Yonopongo' hay una versión que el historiador Pablo Cabrera expuso en 1926 que dice: “pongo, pungo o puncu, en los casos de Jujuy y de San Miguel de Tucumán, era la puerta, portezuelo o entrada forzosa por donde de ordinario o periódicamente invadían los indios lules, juríes o chiriguanos a los indios de la región antes de la llegada de los españoles y a éstos en las horas de la conquista o durante la época colonial".
"Ahora pues en ésa entrada forzosa, pongo, pungo o puncu habíase erigido una atalaya o divisadero o para emplear un vocablo genuinamente americano de vieja procedencia, un mangrullo, desde lo alto del cuál el yanacona pungo camayoc o yonopongo observaba o espiaba los movimientos del enemigo, por si había o no peligro de que éste asaltase o trajera un malón a las tolderías de los suyos o a la naciente colonia española…en el idioma de los indígenas de Tucumán la clasificación (calificación) de pongo hacíase extensiva al cuidador del mismo o sea al pungo camayoc o yono pungo, trocados respectivamente la apócopa y de la aféresis, en pongo simplemente y como existía un cuerpo de soldados indígenas o de yanaconas cuyos miembros se alternaban en el cuidado del pongo, mangrullo o atalaya, a esa guarnición o cuerpo de guardia se le clasificaba también, colectivamente de 'los pongos'. Según otras notas al respecto dice que 'yonopongo' en lengua vulgar de los españolas es 'pongo' y que ésta en quichua y citando a Carrillo es el nombre de un sirviente esclavo: 'es el que cuida la puerta'. Señalaba finalmente que en Jujuy los indios pongos eran grandes luchadores que guarnecían la puerta de la Quebrada de Humahuaca".
"Otra versión sostiene que 'Yonopongo' es una voz quichua compuesta por 'yana' o 'yono' que significa 'negro' y 'punko' o 'pongo' que es puerta. Es decir 'puerta negra' o 'puerta negra a los cerros' (Gutiérrez Colombres)".
Fuente: Sergio A. García- “Toponimia de Chicligasta, Famaillá, Monteros y Simoca – Notas históricas y geográficas para su estudio” – Mesa Editorial- 2008