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24 Oct 2022

En El Mollar quieren poner freno al alcohol y a la violencia en la zona del perilago

Con vista a la temporada de verano, las autoridades ya toman cartas en el asunto. Desean que la villa turística sea apta para toda la familia.

El Mollar, foto de archivo.

[El Mollar, foto de archivo.]

En El Mollar, en los Valles Calchaquíes, los cerros y el espejo de agua del dique La Angostura se conjugan para pintar un relieve salpicado de colores y que cautiva a los visitantes. La población se despliega en las laderas serranas que, años tras años, se llenan con nuevas viviendas. La naturaleza le brindó a El Mollar los mismos atributos que a su hermana mayor, la villa de Tafí del Valle. Claro que las diferencia el desarrollo urbanístico. La hace a una más ajetreada que a la otra.

Es el sosiego lo que Andrea Gallero reconoce que atrajo a su familia para venir desde San Pedro (Buenos Aires) e instalarse en el pueblo hace varios años. Ahí elaboran salames, quesos, dulces y pan casero. Andrea, a la vez, prepara su vivero de cactus, suculentas y otras especies de la zona. En El Mollar en estos días prevalece la tranquilidad y se impone el silencio absoluto. Es lo que busca la mayoría de quienes eligen a esta comunidad como lugar de descanso, aunque en el verano brota el ajetreo de gente de diferentes procedencias. Su particular geografía la constituye en un sitio privilegiado para las prácticas del ciclismo, el andinismo, el senderismo y los distintos deportes acuáticos. Aquí, después de dos años de pandemia y restricciones, la temporada turística de verano asoma con las expectativas que generan la efervescencia del turismo interno, a causa de la difícil coyuntura económica, y la imposibilidad de muchos de ir al exterior. “Hay indicadores de la economía que nos hacen ser optimistas de que en este verano van a confluir a esta zona turistas del país y del exterior”, expresó Andrea. Así, tanto las autoridades locales como los comerciantes, artesanos, hoteleros y otros, ultiman preparativos para recibir a una nutrida legión de visitantes.

Temporada

El lanzamiento de la temporada está prevista para el 17 de diciembre. Para ese día se organiza un desfile de moda y un espectáculo con bandas musicales. Pero el pueblo comenzará a adquirir clima veraniego el 13 de noviembre cuando se realice la Fiesta de la Tradición y se celebre el Día de la Virgen de Covadonga. Para esa jornada también se prevé el desarrollo de la Noche de los Museos, con recorridos por lugares con historia de la zona. El Mollar recuperará en este verano el tradicional Festival de la Verdura, previsto para el 27 y 28 de enero. Pero antes, el 14 de ese mes se realizará el Festival de Doma y Folclore en el Club San Guillermo. “Trabajamos para brindar propuestas orientadas principalmente para las familias, apelando a lo autóctono y saludable. Queremos que este lugar, pese a su crecimiento, se consolide como de descanso y tranquilidad”, dijo Federico Páez, director de Cultura, Turismo y Deportes. El funcionario aseguró que la comuna quiere desterrar las complicaciones que generan los desbordes de jóvenes por el consumo de alcohol. Hace dos semanas una muchacha fue gravemente herida a la salida de un boliche a manos de hombres en evidente estado de ebriedad. El incidente encendió la alarma. “La comuna, entre otras disposiciones, ha librado una resolución mediante la cual se estableció la prohibición de consumir alcohol en los alrededores del perilago. Muchos jóvenes lo elegían ese sector para ir a beber, generando molestias a las familias que concurrían a disfrutar del lugar y tomar mate. Eso ya no va a ocurrir” aseguró Páez. La seguridad se garantizará con el incremento de la cantidad de efectivos policiales.

El tratamiento de los residuos es otro de las inquietudes a la que se procura brindar respuestas. Es que la planta receptora y de clasificación del pueblo acumula todos los desechos de los valles. En temporada baja recibe $30 toneladas diarias, mientras que en el verano llega hasta las 70. “Seguimos trabajando en el programa ‘Por un Mollar Más Limpio’. Comprende una campaña de educación ambiental que apunta a generar conciencia acerca de los beneficios que trae la correcta disposición final de los residuos producidos tanto en los hogares como bares y otros negocios. Clasificando logramos un ahorro de energía y de recursos naturales”, explicó Claudia Sigstad, a cargo de la planta de tratamiento. “En este pueblo se está clasificando los orgánicos y los inorgánicos en días programados. Es más ordenado el proceso de almacenamiento de los residuos para su futura recuperación” precisó. Añadió que Tafí del Valle, al utilizar la planta de El Mollar como destino final de sus residuos, también está obligado a seguir las mismas reglas de clasificación. “Seremos más estrictos”, apuntó Sigstad.

Precios

Para quienes planifican pasar unos días en El Mollar, en los últimos meses creció la oferta de hospedajes, principalmente de casas particulares. Por ahora el alquiler diario de una vivienda para cuatro personas ronda entre los $20.000 y los $25.000 por día. Este precio hasta enero tendrá un repunte estimado del 20%. 

En los hoteles el costo de una habitación doble asciende en promedio a $16.000. La gastronomía ofrece precios para todos los bolsillos. Se puede conseguir un menú entre los $800 y $1.200. Las empanadas se venden -la docena- a $1.200, un tamal a $200 e igual precio la humita. Hay ofertas de salame y queso a $1.000.

El pedido de los vecinos

Los pobladores de El Mollar se muestran muy preocupados por los desbordes juveniles de fin de semana. Exigen que las autoridades pongan límite a los desenfrenos que, aseguran, se generan  en los boliches del lugar “que permiten el acceso a sus locales de menores y jóvenes con bebidas alcohólicas”. Andrea Ríos advirtió que si las autoridades comunales pretenden transformar a El Mollar en un lugar turístico sustentable “debe comenzar por controlar los desbordes que se dan ahora los sábados y domingos y durante las vacaciones, casi todos los días”.  (La Gaceta)

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