Inauguró un mástil en su honor, realizado por obreros municipales y del Ingenio Ñuñorco.
Foto: José Tripolloni
El 3 de noviembre de 1948 Tucumán recibió, por primera vez, la visita de María Eva Duarte de Perón, ya conocida, por entonces popularmente como "Evita" o "la abanderada de los humildes".
La primera dama, quién recorría el país en tren, visitó la provincia para inaugurar unas viviendas en la capital y debía ir luego para Aguilares. Monteros sería entonces un paso obligado para ella y la comunidad no quiso perder la oportunidad de verla.
Parte de sus actividades fue detenerse en la estación monteriza, a fin de inaugurar un mástil con la bandera argentina. Obra realizada por obreros de la Municipalidad y del Ingenio Ñuñorco.
La enorme popularidad de la que ya gozaba la primera dama determinó que miles de vecinos se acercasen a las vías del ferrocarril con la intención de verla, está situación causó una gran demora en su recorrido y el tren llegó a Monteros recién al mediodía.
Tal como ocurrió desde su arribo a la provincia, en Monteros había muchísima gente, lo que obligó a Evita, por su seguridad, realizar su discurso desde el balcón del vagón presidencial y desde allí dejar inaugurado el mástil.
Hoy esa obra es paso obligado para quienes circulan en las cercanías de la actual Terminal de Ómnibus, es una reliquia y forma parte del patrimonio de la comunidad.
La obra pensada y levantada por manos monterizas a modo de homenaje a Evita, mantiene flameando a diario la enseña nacional / Nino Rivadeneira