Tras la violencia, se confirmó que la final de la Copa Libertadores se jugará con público
Las alarmas se encendieron en Brasil tras los incidentes violentos que tuvieron lugar en Río de Janeiro, cuando fanáticos de Fluminense se enfrentaron a hinchas de Boca Juniors y posteriormente a la policía. Las autoridades de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) tomaron cartas en el asunto y convocaron una reunión de emergencia con directivos de Boca, Fluminense, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
El encuentro se llevó a cabo en un ambiente tenso, donde se discutió la necesidad de extremar las precauciones para evitar desbordes y minimizar el contacto entre las hinchadas. La violencia desatada durante el jueves encendió la alerta para lo que está por venir en el marco de la gran final, donde se esperán más de 100.000 hinchas de Boca.
El diálogo entre las partes concluyó con la decisión de mantener los planes establecidos hasta ahora, incluyendo la celebración del banderazo en Copacabana el viernes. Sin embargo, se mantendrán en alerta máxima ante cualquier eventualidad. El comunicado emitido por Conmebol señala que se revisó el mecanismo de ingreso de los hinchas al estadio, las áreas asignadas a cada club y el perímetro de seguridad en torno al Maracaná. Además, se destacó la coordinación constante con las autoridades locales.
Desde Brasil, se anuncia una "seguridad reforzada" en el Maracaná para el partido del sábado 4 de noviembre, con el temor de que una mayor cantidad de fanáticos sin boleto intenten ingresar a la fuerza. Todavía existe la posibilidad de instalar una pantalla gigante en el Sambódromo para reunir a los fanáticos de Boca Juniors que no cuentan con entradas.
El presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, aseguró que se están tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad durante el partido y destaca la presencia de un gran número de policías en Copacabana. Además, el Embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, confirmó un operativo especial de seguridad para el banderazo de los hinchas de Boca, asegurando que se tomarán medidas para evitar enfrentamientos con los hinchas deñ Flu.
Mauricio Chicho Serna, integrante del Consejo de Fútbol de Boca Juniors, expresó su tristeza por lo ocurrido y la complejidad de controlar la situación en una playa. La Conmebol, por su parte, emitió un llamado a la reflexión, instando a los hinchas de Boca y Fluminense a disfrutar de la fiesta del fútbol de manera pacífica y repudiando cualquier acto de violencia y racismo que pueda ocurrir durante la final.
La tensión persiste en Río de Janeiro mientras se espera que la pasión futbolera prevalezca sobre la violencia en la gran final entre Boca Juniors y Fluminense.
