Crimen en la Chacabuco: el caniche de la víctima vive ahora en Monteros y es una pieza clave de la investigación
La hija de Laura Gabriela Picciuto, pidió quedarse con el caniche toy que tanto amaba su madre. Tres días después, le cumplieron el deseo. Preguntas del abogado de un acusado en la causa entorno al animal.
La hija de Laura Gabriela Picciuto, acompañada por su abuela y el abogado de la familia, viajó desde Monteros hasta tribunales donde se reunió con el fiscal Carlos Sale. Allí, además de aportar algunos datos para acelerar la investigación, hizo un pedido especial. Quería quedarse con el caniche toy que tanto amaba su madre. Tres días después, le cumplieron el deseo.
Una ex pareja le regaló el animal a la propietaria de la casa, se supone, entre 2015 y 2016. Ella tenía un afecto muy especial por la perrita a la que habría llamado “Mami”. “No iba a ningún lado sin ella. La tenía de gran compañera”, comentó la ex pareja que se lo regaló hace varios años.
En 2018 “Gaby” publicó en Facebook que la había perdido. “Se extravió ‘Mami’... Gratificaré devolución. Estamos muy tristes, seguimos buscándote bebé”, añadió en aquella oportunidad.
El animal y el asesinato de su dueña
Los investigadores confirmaron que el animal estaba en la pieza de unos inquilinos cuando ingresaron a la vivienda, el día que encontraron el cuerpo de una mujer en una cisterna de la casa. Alfredo Socci, un inquilino que fue imputado en la causa, destacó en su declaración que la perra había quedado encerrada en el departamento en el que vivía Picciuto y que le pasaba agua por debajo de la puerta. “No paraba de ladrar todo el tiempo. Le habíamos avisado a Facundo (Salomón, la última pareja de la desaparecida) de esta situación, pero nunca nos contestó”, añadió el muralista al que le dictaron la prisión preventiva por 15 días.
También señaló que luego de que personas vinculadas a los hermanos Luciana e Isaías Marín y a Walter Marchese vaciaron la casa de la propietaria, la caniche se quedó con ellos hasta que abandonaron el domicilio, el 10 de mayo. “En la casa de Gabriela había una bolsa de alimentos. Me imaginó que comía de ahí. Sólo le dimos agua”, añadió.
El animal fue visto por última vez mientras los peritos trabajaban cuando fue encontrado el cuerpo. Algunos sostienen que una mujer lo tenía en ese momento. Su identidad es desconocida, pero varios aseguran que podría haber sido la procuradora Marín. La profesional, al tomar estado público el deseo de la hija de Picciuto, lo entregó el viernes a la fiscalía. Horas después, “Mami” ya estaba en su nuevo hogar, en Monteros.
Sospechas
Para los defensores de los acusados esta situación es extraña. “En el expediente queda plasmado el afecto que tenía Picciuto por el animal. Es muy extraño que haya pasado a manos de una desconocida con tanta facilidad. Eso no es normal”, aseguró Ricardo Vernal, abogado de José Luis Fumero, el ex marido de la desaparecida que fue acusado de homicidio.
José María Molina que, junto a Juan Pablo Bello, defienden a Socci y a Natalia Liberman, no sólo coinciden con su par, sino que aseguraron que esta situación confirma aún más los dichos de sus asistidos. “Lo importante aquí es cómo esta persona estaba en poder del animal. Para ello, deberíamos tener en cuenta lo que dijeron mis defendidos acerca de la presencia en la vivienda de esta persona en varias oportunidades”, señalaron.
“Por lo visto, pasados los días en que mis defendidos fueron expulsados de la vivienda por Marín y Marchese, fueron ellos quienes se quedaron en el domicilio y la prueba de nuestra hipótesis es que, el día del hallazgo del cuerpo, ellos tenían el caniche en su poder”, finalizó Molina.