Desde Los Sosa a la feria de arte más importante de Latinoamerica

Adrián creció en el campo, rodeado de cañaverales, en el seno de una familia dedicada desde siempre a las labores rurales. Su abuela ordeñaba vacas, su padre y sus tíos trabajan en el surco y en la cosecha del limón.

Esos fueron también los primeros oficios que aprendió desde muy temprano hasta que emprendió su viaje a la ciudad para estudiar la licenciatura en artes plásticas en la facultad. Esa finca en Los Sosa, en el interior de Monteros, sigue siendo su lugar en el mundo y el ámbito que influencia su obra artística que próximamente, entre el 18 y 21 de agosto, en Córdoba,  se expondrá en el Mercado de Arte Contemporáneo, el evento del que participan las principales galerías de arte del país y de todo el continente. 

El lugar donde nació y se crió, el río que atraviesa esa zona de campos y su linaje familiar llevan la marca del mismo apellido: Sosa. Adrián tiene 25 años recién cumplidos y actualmente su rutina consiste en atender la verdulería que tiene junto a su hermano en la ciudad de Monteros, los talleres de plástica que dicta ahí y el trabajo en su obra artística para lo cual suele instalarse en el campo familiar de Los Sosa. “Estoy muy influenciado por mi legado familiar. Si bien mi generación ha tenido acceso a una carrera universitaria, he trabajado en la caña y en el limón; he conocido esos trabajos y eso me lleva a preguntarme porqué no sigo ese camino que es el de mi familia. Siento que tengo que seguir esas acciones en mis obras, en ellas se ve mucho lo rural, la implicancia del cuerpo en el trabajo, esas muchas horas que los trabajadores pasan bajo el sol y las marcas que quedan en el cuerpo con el tiempo”, cuenta el joven artista. 

Aunque a veces le dejan poco tiempo para pensar y crear sus obras, lejos de renegar de esos oficios terrestres que marcan sus actividades cotidianas, su producción artística se nutre de ellos: “Para mi el arte abarca varios ámbitos de la vida. En este momento, yo lo tomo como un trabajo y lo veo alejado de ese viejo paradigma del artista genio alejado de la vida normal, es decir, del arte como lo divino. Yo puedo trabajar en la verdulería por la mañana y a la tarde sentarme a pintar, a reflexionar sobre una obra. Lo veo como un oficio que me devuelve mucho de satisfacción. Como ser cañero o limonero, siento la necesidad de poner el cuerpo, de esforzarme y sentirlo. Si tengo que acarrear leña como lo hacía mi abuelo, lo hago”. 

En su obra, Adrián trabaja mucho con herramientas y objetos con los que se encuentra en el fondo de su casa de Los Sosa: hachas, un palenque o un pico. El artista pasa largo tiempo observándolos y los dibuja en detalle. Además, va siguiendo sus transformaciones y procesos: la rama de un árbol que se transforma en mango de un hacha que sirve para seguir cortando y modelando la madera, las marcas que el trabajador le va imprimiendo a esa herramienta y las cicatrices que esas herramientas dejan en las manos que las utilizan.  “Me interesa mucho la relación del obrero con los objetos, es parte de una sensibilidad hacía los objetos del campo como la macheta y el hacha, me interesa mucho ese vínculo”, explica el artista que ha trabajado con distintas técnicas como el dibujo, la fotografía, el video y las acciones performáticas: “fui incluyendo mucho el cuerpo”, aclara. Esto puede apreciarse en alguna de sus acciones como "Casa: el abrasar del cerco", donde representa las tareas de los zafreros en los cañaverales. 
Además de atender la verdulería y dictar los talleres, Adrián está cursando una licenciatura en gestión cultural.

Hace unas semanas, se enteró de que tendría la posibilidad de exponer sus obras en el Mercado de Arte Contemporáneo que se realizará  en agosto en el Cabildo de la ciudad de Córdoba. En esta oportunidad, la galería tucumana Le Pasaje que gestiona Juan Grande fue seleccionada entre 60 galerías de arte contemporáneo entre las que se encuentran las más importantes de Argentina y toda Latinoamérica. Junto a Adrián viajará también el artista local Walter Tolaba.  “Estoy contento de que Tucumán pueda estar en este gran mercado porque la provincia tiene un montón para dar. La única manera de mostrarnos es ir a esos eventos porque no hay acá un mercado de obras y de coleccionismo. Es una gran oportunidad para ampliar mi carrera como artista que es lo que más quiero”, destaca Adrián. 

Por su magnitud y la gran cantidad de espectadores y coleccionistas que convoca, el mercado es una excelente vidriera para que los artistas exhiban sus producciones y las vendan. Además de establecer vínculos con galerías y gestores de todas partes. “La idea es que los artistas estén en contacto con galeristas de todo el país. Es la primera vez que Le Pasaje va a comercializar obras y es la tarea que vamos a emprender este año, queremos que esto le sirva a la escena tucumana”, explica el gestor Juan Grande. 

Hasta el momento, los artistas no han conseguido ningún tipo de apoyo oficial que les permita financiar la logística del viaje. Es por eso que desde la galería tucumana han lanzado una campaña de “micromecenazgo afectivo”, para que quienes lo deseen puedan contribuir para que los artistas tucumanos puedan viajar. “En este caso apelamos al afecto y a la confianza de todas aquellas personas que conocen nuestro trabajo y pueden apoyarnos”, dice el gestor de la galería que cumple ocho años de trabajo en Tucumán. Los interesados en colaborar pueden ponerse en contacto con Juan Grande. 

“Mi objetivo es dedicarme a la producción de obras y para eso se necesita tener todo un marco en el que sabés que si producís vas a poder vivir. El placer más grande para mí es la producción de obras, ese es el trabajo que quiero realizar. Necesito mostrar mis obras y  tener espectadores, sin eso no puedo seguir produciendo”, cuenta Adrián Sosa, el artista tucumano que lleva al terruño en su arte y sabe que este puede ser el gran paso de su carrera. 

Mirá el vídeo de la acción "Casa: el abrasar del cerco":

Fuente: El Tucumano