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25 Jul 2018

Concepción: Murió en un accidente de tránsito y con su riñón salvó la vida de su hija

[vc_row][vc_column][vc_column_text]murio-en-un-accidente-y-con-su-riñon-salvaron-la-vida-de-su-hija-concepcionEl viernes 20 de julio, Verónica Carrazco se había decidido a salir con sus amigas durante el fin de semana para festejar su día. Eso de ir de fiesta se había convertido en algo esporádico en su vida. 

Durante los últimos diez años, había pasado casi todos sus días pendiente de su hija Sofía, quien sufre una extraña enfermedad autoinmune que sólo padecen 14 personas en todo el mundo.

La idea era salir al boliche La Gringa, en la ciudad tucumana de Monteros, muy cerca de su lugar de residencia, la ciudad de Concepción. Junto a un par de amigas se iba a sumar su hermana Sarahí Cardozo, tres años menor: "Hablamos esa mañana para arreglar todo para la noche. Vero estaba muy entusiasmada. Llevaba varios meses preocupada por el estado de salud de su hija Sofía, que necesitaba con urgencia un riñón y se ubicaba en el puesto número 2 para donaciones en todo el país. Era una manera de desconectar al menos un ratito del drama que estaba viviendo", explicó Sarahí Carrazzco.

La salida de amigas nunca se llevó a cabo. Una tragedia cruzó a la familia, dio lugar al dolor más profundo y también abrió de una manera inesperada la puerta hacia la esperanza: Verónica Carrazco murió horas después de haber sufrido un terrible accidente de tráfico y uno de sus riñones fue utilizado para trasplantar y salvar la vida de su hija Sofía. El último gran acto de amor de la madre hacia su hija.

"Mi hermana vivía día y noche para Sofía. Desde el nacimiento de la enana se desvivió por ella. Si bien el padre también estuvo siempre presente, fue mi hermana la que cargó en casi todo con la enfermedad de Sofía", aseguró Carrazco.

"Ella tuvo a Sofia a los 20 años. Estaba estudiando enfermería y tuvo que abandonar todo para cuidar a su hija. Por eso, se dedicaba a ser empleada doméstica, tenía tiempo sólo para una profesión así", agregó.

Sofía, que el próximo martes cumplirá 11 años, sufre una enfermedad extraña llamada Síndrome Poliglandular Autoinmune con Candiasis (APECED). Se trata de una enfermedad crónica que provocó en su caso una distrofia ectodérmica, síndrome de Adisson y una insuficiencia renal crónica.

Desde hace unos cinco años, Verónica tuvo que adaptar su vida al tratamiento diario de la enfermedad de su hija. Las complicaciones de salud llegaron al punto de que sus riñones no lograban filtrar los líquidos. "Por eso fue necesario realizar diálisis peritoneal todos los días", explicó Sarahí Carrazco.

Uno de los bonos contribución confeccionados por Verónica Carrasco para poder hacer frente al tratamiento de su hija

Uno de los bonos contribución confeccionados por Verónica Carrasco para poder hacer frente al tratamiento de su hija

Precísamente, la realización casera de esa práctica demandaba un sustento económico que tanto Verónica como su ex marido no disponían. Así, el caso de Sofía se convirtió en una causa popular dentro de Concepción.

"Los médicos nos dijeron que teníamos que acondicionar una de las habitaciones de la casa como si fuera la de un hospital. Todo de cerámica, un aire acondicionado para mantener la temperatura, debía tratarse de un lugar lo más estéril posible", explicó su hermana.

Verónica llegó a organizar un festival, diferentes rifas y a pasearse por los medios de comunicación locales para poder abastecer las necesidades de salud de su hija Sofía.

Ya con el comienzo del 2018, el estado de la niña de 10 años alcanzó una situación límite. Se hizo primordial la necesidad del trasplante de un riñón.

"Mi hermana iba a donarle su riñón a Sofía en marzo, pero en febrero tuvo cálculos en la vesícula y los médicos dijeron que el trasplante no se podía hacer en esos momentos y que había que esperar varios meses para que ella pueda ser la donante".

La situación se hizo cada vez más desesperante con el pasar de los meses. El estado de salud de Sofía se complicaba con el paso de cada día, su peso se acercó a los 12 kilos y ese riñón tan necesitado no aparecía.

Precísamente, el último 2 de julio, Verónica publicó en Facebook un pedido de ayuda para cubrir los gastos del tratamiento para Sofía, con dos rifas: uno de los premios era dos pollos, una botella de vino y una gaseosa.

“Mi hermana vivía por y para su hija Sofía”, explicó la hermana de la víctima, Sarahí

“Mi hermana vivía por y para su hija Sofía”, explicó la hermana de la víctima, Sarahí

La muerte que dio vida

Un mes antes de la tragedia, las dos hermanas Carrazco tuvieron una charla que pareció ser una premonición escalofriante: "Posiblemente nadie me crea, pero hace un mes mi hermana me sentó en la mesa del living, sacó varias carpetas y me dijo: 'mirá, por si a mí me pasa algo, esto es lo que hay que hacer con Sofía'. Me mostró todos los documentos y me dijo los pasos a seguir con la enfermedad de la enana", le explicó Sarahí, de 26 años, a Infobae.

El viernes a la mañana, Sarahí habló con Verónica por teléfono. Arreglaron los últimos detalles para la reunión de pizza y salida al boliche con sus amigas y quedaron en verse nuevamente a la noche.

Pocas horas después, una camioneta Hilux atropelló la moto en la que viajaba en la esquina de las calles Haimes y Presidente Roca. La joven de 29 años quedó herida en una situación crítica.

"Yo soy policía y escuché por el radio que habían anunciado lo del accidente, pero nadie dio nombres ni nada. Incluso creo que ni sabían que se trataba de mi hermana. Después, una amiga me llamó y me preguntó si sabía lo que había pasado con Verónica, yo no entendía nada, me dijo que fuera al hospital de la ciudad", relató.

Cuando Sarahí llegó a la guardia del hospital de Concepción, Verónica ya se encontraba inconsciente. Apenas pudo abrazarla y mimarla durante unos minutos, antes de que la madre de Sofía fuera trasladada de urgencia al Hospital Angel Padilla, en la capital tucumana.

"Sólo la acaricié. No me salió decirle nada. Vivíamos juntas. Ella sabe que la amo como a nada más en el mundo. Ella sintió todo lo que le quise decir", detalló Sarahí con emoción.

Las hermanas Verónica y Sarahí Carrazco

Las hermanas Verónica y Sarahí Carrazco

Ya el sábado 21 al mediodía, los especialistas del Hospital Padilla comunicaron que Verónica Carrazco presentaba muerte cerebral. "Ahí no sé qué me habrá pasado, pero me enfoqué en continuar con el tratamiento de Sofía. Me hice cargo de la enana de inmediato. Sabía que Sofi me necesitaba, necesitaba tener esa contención", detalló Sarahí.

La asistencia respiratoria de Verónica fue desconectada el sábado por la noche y el mismo domingo por la mañana, desde el Incucai se llamó a la familia Carrazco para comunicarles que había aparecido el riñón para Sofía. "Ellos tienen la obligación de mantener la confidencialidad respecto a este tema, y lo hicieron, de hecho. Pero…"

El mismo domingo a última hora, Sofía pudo recibir el riñón de su madre en el Hospital Garrahan de Buenos Aires. El procedimiento se realizó con éxito y hoy la niña se encuentra en plena recuperación.

Sarahí, por su lado, tuvo que aprender a encontrar el equilibrio entre la muerte de su hermana ("Y mejor amiga") y la vida salvada de su pequeña sobrina. "Fue su último gran acto de amor hacia Sofía. Se fue demasiado pronto, pero lo hizo con el mejor regalo que le podía dar a su hija. Donde esté, tiene que estar orgullosa de lo que hizo", comentó Sarahí a Infobae.

Las dos hijas de Verónica Carrazco, Pilar (de rosa) y Sofía (de verde)

Las dos hijas de Verónica Carrazco, Pilar (de rosa) y Sofía (de verde)

Ya el lunes, llegó el momento de comunicarle a Sofía la noticia sobre la muerte de su madre. "Lloró mucho, me dijo que está muy triste pero que reza a todo momento por su mamá. Está muy apoyada en mí".

"Es que Sofía lo tomó de una manera diferente. Ella sabe muy bien lo que es la muerte, la tuvo cerca durante sus pocos años. Hay muchos amiguitos de internaciones de ella que murieron y ella aprendió demasiado temprano lo que es la pérdida", describió Sarahí.

Si bien la enfermedad de Sofía es crónica, el trasplante la salvó y le brindó una calidad de vida que durará por muchos años. "En estos años me meteré más en el tema de la enfermedad, pero tengo entendido que, con sus dificultades, se puede vivir con la enfermedad", explicó la tía de la niña.

La tía "Sara" encontró en el cuidado de su sobrina el bálsamo para poder paliar el dolor de la desaparición de su hermana. Mientras tanto, todo el resto de la familia como los ciudadanos de Concepción celebran ese último acto de amor de Verónica antes de morir".

"Para mí, Verónica fue un ejemplo de lucha", le relató a Infobae Patricia Albarracín, una madre de una nena con otros problemas renales, a la que conoció durante un período de internación de Sofía.

Y agregó: "Cuando le diagnosticaron la enfermedad a mi hija, sentí que me iba a morir, y gracias a Verónica pude salir adelante y enfrentarme a lo que estaba pasando El sueño de Vero era poder ver trasplantada a su hija y ella terminó siendo la gran responsable de que eso pasara".

Fuente: Infobae

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